cien anos de soledad Sp-Eng parallel.doc

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Chapter 1

I.

Chapter 1

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo.

  MANY YEARS LATER as he faced the firing squad, Colonel Aureliano Buendía was to remember that distant afternoon when his father took him to discover ice. At that time Macondo was a village of twenty adobe houses, built on the bank of a river of clear water that ran along a bed of polished stones, which were white and enormous, like prehistoric eggs. The world was so recent that many things lacked names, and in order to indicate them it was necessary to point.

Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia.

Every year during the month of March a family of ragged gypsies would set up their tents near the village, and with a great uproar of pipes and kettledrums they would display new inventions. First they brought the magnet. A heavy gypsy with an untamed beard and sparrow hands, who introduced himself as Melquíades, put on a bold public demonstration of what he himself called the eighth wonder of the learned al­chemists of Macedonia.

Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades.

He went from house to house dragging two metal ingots and everybody was amazed to see pots, pans, tongs, and braziers tumble down from their places and beams creak from the desperation of nails and screws trying to emerge, and even objects that had been lost for a long time appeared from where they had been searched for most and went dragging along in turbulent confusion behind Melquíades’ magical irons.

«Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.»

“Things have a life of their own,” the gypsy proclaimed with a harsh accent. “It’s simply a matter of waking up their souls.”

José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.» Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados.

José Arcadio Buendía, whose unbridled imagination always went beyond the genius of nature and even beyond miracles and magic, thought that it would be possible to make use of that useless invention to extract gold from the bowels of the earth. Melquíades, who was an honest man, warned him: “It won’t work for that.” But José Arcadio Buendía at that time did not believe in the honesty of gypsies, so he traded his mule and a pair of goats for the two magnetized ingots.

Úrsula Iguarán, su mujer, que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio doméstico, no consiguió disuadirlo. «Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casa», replicó su marido. Durante varios meses se empeñó en demostrar el acierto de sus conjeturas. Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río, arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquíades.

Úrsula Iguarán, his wife, who relied on those animals to increase their poor domestic holdings, was unable to dissuade him. “Very soon well have gold enough and more to pave the floors of the house,” her husband replied. For several months he worked hard to demonstrate the truth of his idea. He explored every inch of the region, even the riverbed, dragging the two iron ingots along and reciting Melquíades’ incantation aloud.

Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo xv con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido, cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras. Cuando José Arcadio Buendía y los cuatro hombres de su expedición lograron desarticular la armadura, encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer.

The only thing he succeeded in doing was to unearth a suit of fifteenth-century armor which had all of its pieces soldered together with rust and inside of which there was the hollow resonance of an enormous stone-filled gourd. When José Arcadio Buendía and the four men of his expedition managed to take the armor apart, they found inside a calcified skeleton with a copper locket containing a woman’s hair around its neck.

En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor, que exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de Amsterdam. Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa. Mediante el pago de cinco reales, la gente se asomaba al catalejo y veía a la gitana al alcance de su mano.

  In March the gypsies returned. This time they brought a telescope and a magnifying glass the size of a drum, which they exhibited as the latest discovery of the Jews of Amsterdam. They placed a gypsy woman at one end of the village and set up the telescope at the entrance to the tent. For the price of five reales, people could look into the telescope and see the gypsy woman an arm’s length away.

«La ciencia ha eliminado las distancias», pregonaba Melquíades. «Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa.» Un mediodía ardiente hicieron una asombrosa demostración con la lupa gigantesca: pusieron un montón de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentración de los rayos solares. José Arcadio Buendía, que aún no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes, concibió la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra.

“Science has eliminated distance,” Melquíades proclaimed. “In a short time, man will be able to see what is happening in any place in the world without leaving his own house.” A burning noonday sun brought out a startling demonstration with the gigantic magnifying glass: they put a pile of dry hay in the middle of the street and set it on fire by concentrating the sun’s rays. José Arcadio Buendía, who had still not been consoled for the failure of big magnets, conceived the idea of using that invention as a weapon of war.

Melquíades, otra vez, trató de disuadirlo. Pero terminó por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa. Úrsula lloró de consternación. Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre había acumulado en toda una vida de privaciones, y que ella había enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasión para invertirías.

Again Melquíades tried to dissuade him, but he finally accepted the two magnetized ingots and three colonial coins in exchange for the magnifying glass. Úrsula wept in consternation. That money was from a chest of gold coins that her father had put together ova an entire life of privation and that she had buried underneath her bed in hopes of a proper occasion to make use of it.

José Arcadio Buendía no trató siquiera de consolarla, entregado por entero a sus experimentos tácticos con la abnegación de un científico y aun a riesgo de su propia vida. Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga, se expuso él mismo a la concentración de los rayos solares y sufrió quemaduras que se convirtieron en úlceras y tardaron mucho tiempo en sanar. Ante las protestas de su mujer, alarmada por tan peligrosa inventiva, estuvo a punto de incendiar la casa.

José Arcadio Buendía made no at. tempt to console her, completely absorbed in his tactical experiments with the abnegation of a scientist and even at the risk of his own life. In an attempt to show the effects of the glass on enemy troops, he exposed himself to the concentration of the sun’s rays and suffered burns which turned into sores that took a long time to heal. Over the protests of his wife, who was alarmed at such a dangerous invention, at one point he was ready to set the house on fire.

Pasaba largas horas en su cuarto, haciendo cálculos sobre las posibilidades estratégicas de su arma novedosa, hasta que logró componer un manual de una asombrosa claridad didáctica y un poder de convicción irresistible. Lo envió a las autoridades acompañado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos explicativos, al cuidado de un mensajero que atravesó la sierra, y se extravió en pantanos desmesurados, remontó ríos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras, la desesperación y la peste, antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo.

He would spend hours on end in his room, calculating the strategic possibilities of his novel weapon until he succeeded in putting together a manu­al of startling instructional clarity and an irresistible power of conviction. He sent it to the government, accompanied by numerous descriptions of his experi­ments and several pages of explanatory sketches; by a messenger who crossed the mountains, got lost in mea­sureless swamps, forded stormy rivers, and was on the point of perishing under the lash of despair, plague, and wild beasts until he found a route that joined the one used by the mules that carried the mail.

A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible, José Arcadio Buendia prometía intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno, con el fin de hacer demostraciones prácticas de su invento ante los poderes militares, y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar. Durante varios años esperó la respuesta.

In spite of the fact that a trip to the capital was little less than impossible at that time, José Arcadio Buendía prom­ised to undertake it as soon as the government ordered him to so that he could put on some practical demon­strations of his invention for the military authorities and could train them himself in the complicated art of solar war. For several years he waited for an answer.

Por último, cansado de esperar, se lamentó ante Melquíades del fracaso de su iniciativa, y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez: le devolvió los doblones a cambio de la lupa, y le dejó además unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegación. De su puño y letra escribió una apretada síntesis de los estudios del monje Hermann, que dejó a su disposición para que pudiera servirse del astrolabio, la brújula y el sextante.

Finally, tired of waiting, he bemoaned to Melquíades the failure of his project and the gypsy then gave him a convincing proof of his honesty: he gave him back the doubloons in exchange for the magnifying glass, and he left him in addition some Portuguese maps and several instruments of navigation. In his own handwriting he set down a concise synthesis of the studies by Monk Hermann. which he left José Arcadio so that he would be able to make use of the astrolabe, the compass, and the sextant.

José Arcadio Buendía pasó los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyó en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos. Habiendo abandonado por completo las obligaciones domésticas, permaneció noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros, y estuvo a punto de contraer una insolación por tratar de establecer un método exacto para encontrar el mediodía. Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos, tuvo una noción del espacio que le permitió navegar por mares incógnitos, visitar territorios deshabitados y trabar relación con seres espléndidos, sin necesidad de abandonar su gabinete.

José Arcadio Buendía spent the long months of the rainy season shut up in a small room that he had built in the rear of the house so that no one would disturb his experiments. Having completely aban­doned his domestic obligations, he spent entire nights in the courtyard watching the course of the stars and he almost contracted sunstroke from trying to establish an exact method to ascertain noon. When he became an expert in the use and manipulation of his instruments, he conceived a notion of space that allowed him to navigate across unknown seas, to visit uninhabited terri­tories, and to establish relations with splendid beings without having to leave his study.

Fue ésa la época en que adquirió el hábito de hablar a solas, paseándose por la casa sin hacer caso de nadie, mientras Úrsula y los niños se partían el espinazo en la huerta cuidando el plátano y la malanga, la yuca y el ñame, la ahuyama y la berenjena. De pronto, sin ningún anuncio, su actividad febril se interrumpió y fue sustituida por una especie de fascinación.

That was the period in which he acquired the habit of talking to himself, of walking through the house without paying attention to anyone, as Úrsula and the children broke their backs in the garden, growing banana and caladium, cassava and yams, ahuyama roots and eggplants. Suddenly, with­out warning, his feverish activity was interrupted and was replaced by a kind of fascination.

Estuvo varios días como hechizado, repitiéndose a sí mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas, sin dar crédito a su propio entendimiento. Por fin, un martes de diciembre, a la hora del almuerzo, soltó de un golpe toda la carga de su tormento.

He spent several days as if he were bewitched, softly repeating to himself a string of fearful conjectures without giving credit to his own understanding. Finally, one Tuesday in Decem­ber, at lunchtime, all at once he released the whole weight of his torment.

Los niños habían de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentó a la cabecera de la mesa, temblando de fiebre, devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginación, y les reveló su descubrimiento.

The children would remember for the rest of their lives the august solemnity with which their father, devastated by his prolonged vigil and by the wrath of his imagination, revealed his discovery to them:

-La tierra es redonda como una naranja.

  “The earth is round, like an orange.”

Úrsula perdió la paciencia. «Si has de volverte loco, vuélvete tú solo -gritó-. Pero no trates de inculcar a los niños tus ideas de gitano.» José Arcadio Buendía, impasible, no se dejó amedrentar por la desesperación de su mujer, que en un rapto de cólera le destrozó el astrolabio contra el suelo. Construyó otro, reunió en el cuartito a los hombres del pueblo y les demostró, con teorías que para todos resultaban incomprensibles, la posibilidad de regresar al punto de partida navegando siempre hacia el Oriente.

  Úrsula lost her patience. “If you have to go crazy, please go crazy all by yourself!” she shouted. “But don’t try to put your gypsy ideas into the heads of the children.” José Arcadio Buendía, impassive, did not let himself be frightened by the desperation of his wife, who, in a seizure of rage, mashed the astrolabe against the floor. He built another one, he gathered the men of the village in his little room, and he demonstrated to them, with theories that none of them could understand, the possibility of returning to where one had set out by consistently sailing east.

Toda la aldea estaba convencida de que José Arcadio Buendía había perdido el juicio, cuando llegó Melquíades a poner las cosas en su punto. Exaltó en público la inteligencia de aquel hombre que por pura especulación astronómica había construido una teoría ya comprobada en la práctica, aunque desconocida hasta entonces en Macondo, y como una prueba de su admiración le hizo un regalo que había de ejercer una influencia terminante en el futuro de la aldea: un laboratorio de alquimia.

The whole village was convinced that José Arcadio Buendía had lost his reason, when Melquíades returned to set things straight. He gave public praise to the intelligence of a man who from pure astronomical speculation had evolved a theo­ry that had already been proved in practice, although unknown in Macondo until then, and as a proof of his admiration he made him a gift that was to have a profound influence on the future of the village: the laboratory of an alchemist.

Para esa época, Melquíades había envejecido con una rapidez asombrosa. En sus primeros viajes parecía tener la misma edad de José Arcadio Buendia. Pero mientras éste conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar un caballo agarrándolo por las orejas, el gitano parecía estragado por una dolencia tenaz. Era, en realidad, el resultado de múltiples y raras enfermedades contraídas en sus incontables viajes alrededor del mundo.

  By then Melquíades had aged with surprising rapidi­ty. On his first trips he seemed to be the same age as José Arcadio Buendía. But while the latter had preserved his extraordinary strength, which permitted him to pull down a horse by grabbing its ears, the gypsy seemed to have been worn dowse by some tenacious illness. It was, in reality, the result of multiple and rare diseases contracted on his innumerable trips around the world.

Según él mismo le contó a José Arcadio Buendia mientras lo ayudaba a montar el laboratorio, la muerte lo seguía a todas partes, husmeándole los pantalones, pero sin decidirse a darle el zarpazo final. Era un fugitivo de cuantas plagas y catástrofes habían flagelado al género humano. Sobrevivió a la pelagra en Persia, al escorbuto en el archipiélago de Malasia, a la lepra en Alejandría, al beriberi en el Japón, a la peste bubónica en Madagascar, al terremoto de Sicilia y a un naufragio multitudinario en el estrecho de Magallanes.

According to what he himself said as he spoke to José Arcadio Buendía while helping him set up the laboratory, death followed him everywhere, sniffing at the cuffs of his pants, but never deciding to give him the final clutch of its claws. He was a fugitive from all the plagues and catastrophes that had ever lashed mankind. He had survived pellagra in Persia, scurvy in the Malayan archipelago, leprosy in Alexandria, beriberi in Japan, bubonic plague in Madagascar, an earthquake in Sicily, and a disastrous shipwreck in the Strait of Magel­lan.

Aquel ser prodigioso que decía poseer las claves de Nostradamus, era un hombre lúgubre, envuelto en un aura triste, con una mirada asiática que parecía conocer el otro lado de las cosas. Usaba un sombrero grande y negro, como las alas extendidas de un cuervo, y un chaleco de terciopelo patinado por el verdín de los siglos. Pero a pesar de su inmensa sabiduría y de su ámbito misterioso, tenía un peso...

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